-… todas la piedras tienen historia, que empieza siendo una historia de grupo, que dura durante años y años, y que con el tiempo, la lluvia, el frío y el sol se va convirtiendo en una historia de soledad. En este caso, fíjate bien en la piedra que tienes en la mano. Mírala atentamente. Más aún.
Bufón empezó a hacer gala de su especialidad, usar las palabras. Por supuesto, Desconocido no sabía aún que había estudiado en la Escuela de Mágia Oral y Escrita, así que era doblemente vulnerable a los hechizos que Bufón lanzase. Bufón pensó que sería divertido engañar a Desconocido para que viese a la piedra como a un ser vivo, y llegar a hacerle llorar por el destino de la pobre roca. Su oficio era la comedia, pero su vocación oculta era el drama.
-Esta piedra, ahí donde la ves, tuvo su origen cerca del cielo, seguramente en lo alto de una montaña.- Desconocido lo miró con ojos indecisos. No sabía si prestar atención a la piedra, como le habían ordenado, o si mirar al hablante.
– Estuvo durante siglos y siglos junto a otras piedras, viendo cómo salía el sol cada mañana, casi tocándolo cuando a medio día se ponía justo encima de ella. Hubo temporadas de frío intenso, de heladas, de copos de lágrimas de hielo que se posaban sobre ella. Y hubo tiempos de calor extremo, que la hicieron sudar hasta que la boca se le resecó.
-Las piedras no sudan. Y lo de la boca reseca…- espetó Desconocido.
«Caramba, parece que el hechizo de personalización no va a salir bien a la primera. Puede que sea difícil hacerle llorar cuando la piedra muera…»
-Ya… puede ser, claro. Pero sigue mirando a la piedra- Bufón perdió por un momento la concentración; se le empezaba a complicar la situación.- Si te fijas bien, justo por donde tu pulgar la sujeta, puedes ver dos pequeñas hendiduras y unas señales en forma de cauce que le siguen. ¿Sabes lo que significa eso?
-Mmmm… lo sospecho, parlante, pero dímelo de todas formas. ¿Qué significa?- dijo Desconocido con cara de alejarse cada vez más del hechizo.
-Significa que la piedra sufrió, como sufrimos todos cuando nos alejan de nuestros seres queridos.
«Sí señor «pensó Bufón «Es el momento de meter en el hechizo el miedo que todo caminante tiene, el de alejarse de los suyos. Con esto, llora seguro.»
-Significa que la piedra lloró mientras rodaba colina abajo cada vez más distanciado de los que la rodeaban. Y lloró. Y rodó. Y llegó hasta estos caminos donde, para colmo de males y desgracias tuvo que ser pisada, movida y arrastrada por gente sin corazón… COMO TÚ!- dijo Bufón cambiando el tono de voz, agravándola mientras clavaba la mirada a Desconocido profundamente.
«Hazle sentir culpable y las lágrimas brotarán de sus ojos igual que el agua brota de una fuente virgen en primavera».
Desconocido, lejos de echarse a llorar, le sostuvo la mirada, y con voz calmada le dijo.
– ¿Tú no habrás estudiado en la Escuela de Magia Oral y Escrita, verdad?
– Pues… pues… como mi cara de asombro te habrá mostrado, sí, lo hice. ¿Por qué lo preguntas?
-Por que has dicho una sarta de estupideces increíbles, pero todas muy convincentes y sin inmutarte. O estudiaste en la Escuela de Mágia Oral o en la de Administración y Consejería Real. Y como pareces tan pobre como yo, tenía que ser en la de Mágia. Por cierto, me presento: Soy Caminante, y estudié en la Escuela de Alquimia.
«Mierda, este es de ciencias» pensó Bufón.
Jojojojo!! Así de primeras, me quedo con el de letras, por aquello de la empatía…aunque creo que el de ciencias no me va a defraudar 😉
la verdad es que en vez de mirar a las piedras en el sentido material las tendriamos de mirar en sentido espiritual